Migrate, una empresa de tecnología de la información enfocada en la gestión y emisión de documentos fiscales electrónicos, firmó un contrato de 2,8 millones de reales con Google.
La inversión consiste en la contratación de los servicios del GCP – Google Cloud Platform. El proceso de migración del antiguo data center para el GCP tardó tres meses en completarse y movió más de 23 terabytes de datos. “Desde el comienzo del proyecto, Google Brasil y Google EUA estuvieron comprometidos con nuestro equipo para que la migración ocurriese dentro de los plazos planificados y sin impacto para nuestros clientes.
Ahora ya estamos cerca de completar un año de esta migración, son doce meses sin ninguna inestabilidad o problema de indisponibilidad de la aplicación”, dice Glauber C. Weddigen, director de operaciones de Migrate.
Un gran diferencial del GCP es la forma como se gestionan los servicios, con una gestión global, que permite crear estructuras de proyectos en diferentes regiones del mundo, evitando que ocurra indisponibilidad en los servicios. Además, existe una gran facilidad y agilidad a la hora de escalonar la aplicación, aumentando o disminuyendo su capacidad de servicio de acuerdo con las necesidades de la empresa.
Fábio Alvim, director de marketing de Migrate, complementa que los principales impulsores de la migración fueron, además de los factores técnicos, factores estratégicos, ya que la compañía está buscando un nuevo posicionamiento en el mercado. “Seguiremos atendiendo a las software houses con la integración de nuestra plataforma y sus extensiones.Por otro lado, buscamos ingresar al mercado corporativo, junto a las grandes empresas que tienen su propio ERP o estén buscando mejorar la gestión/cumplimiento fiscal. Para eso, contar con una estructura más segura y robusta es indispensable”.
“Para nosotros, estar en el Google Cloud Platform es una prueba del compromiso que tenemos con nuestros pártners comerciales para mantener servicios con rigurosos padrones de calidad, un SLA más alto, apropiado a las obligaciones fiscales y la LGPD (Ley general de protección de datos personales)”, concluye Glauber.
